30 marzo 2016

Embutido-medicina

Mi vecino de la izquierda era Z., un campesino mohíno y taciturno de un pueblucho situado en la comarca de Radomsko, cuyos habitantes -según contó en una ocasión- guardaban en sus casas, como medicina, un trozo de embutido seco que daban a chupar a los niños de pecho cuando caían enfermos.
-¿Crees que eso ayuda? -le pregunté sin fe alguna.
-Claro que sí -respondió convencido, y volvió a sumirse en el silencio.

Viajes con Heródoto
Ryszard Kapuscinski

28 marzo 2016

Olor a mar

Al pie se extendía el barrio del puerto, con las hileras de sus sencillos bares de madera, que olían a pescado, vino y café. Pero sobre todo se detectaba, traído por la brisa, el olor a mar, salado refrescante, suave y tranquilizador.

Viajes con Heródoto
Ryszard Kapuscinski

26 marzo 2016

Queso y vino franceses

Con Raúl conoció esa Francia, las fincas de los bosques dorados de Bretaña, las estancias en el campo comiendo queso y bebiendo el vino que sus ricos pares guardan en las bodegas, los camisones de seda, los pálidos amaneceres de París desde las buhardillas, los cafés llenos de aventura, frecuentados por latinoamericanos barbados, amantes rápidas.

La novia
Raúl del Pozo

24 marzo 2016

Rutina carcelaria

Y después de las doce viene el almuerzo: carne con patatas, pan integral, mantequilla, un dulce. Y después del almuerzo hay que limpiar otra vez los baños, lavar los suelos (si uno tiene habilidades mecánicas puede ir al taller) hasta las tres... y, a partir de las tres, descanso hasta las cinco. Después la cena, carne asada o una sopa, pan integral, mantequilla, budín de arroz. Y después uno se va a la cama y se cuenta mentiras hasta quedarse dormido.

El percherón mortal
John Franklin Bardin


23 marzo 2016

Zumo de limón

En la terraza del café-restaurante, Martínez bebía un zumo de limón. Espesos cabellos negros, ojos azules, un vestido corto con franjas anaranjadas y amarillas, tirando un poco a violeta: una hermosa y joven mujer.

La edad de la discreción
Simone de Beauvoir

21 marzo 2016

Nueces de coco

La comida fresca escaseaba. Aparte de las nueces de coco, sólo contaban con las provisiones que habían reunido a fines de primavera. Las gallinas, que se habían quedado raquíticas, no ponían, y había que escatimar incluso un vaso de agua, y asearse sucintamente.

La sed
Georges Simenon

19 marzo 2016

Pizza para cenar

Kate vuelve unos veinte minutos después con una pizza; nos sentamos, rodeada de cajas, en nuestro nuevo y diáfano espacio, y nos la comemos directamente de la caja.

Cincuenta sombras de Grey
E.L. James

17 marzo 2016

Un plato de trigo

En las paradas siempre sirven lo mismo: un plato de trigo sarraceno de grano suelto, un pincho caliente de carne de cordero y un vaso de agua, y de postre, un vaso de té. Me resulta difícil entablar alguna conversación porque desconozco el farsi, pero la atmósfera es agradable, los hombres se muestran amables, sonrientes. Las mujeres, en cambio, miran para otro lado.

Viajes con Heródoto
Ryszard Kapuscinski

15 marzo 2016

Buffet americano para desayunar

Leía los periódicos mientras le llegaba el aroma del café. Piensa: vendré más, es una de las cosas que de verdad me apasionan, el desayuno continental con tostadas y churros, mermeladas, zumos. El buffet americano es en realidad un festín, con mieles, mantequillas, pan alemán, hogazas, zumos exóticos, quesos curados, huevos revueltos y multitud de platos, tan bien ordenados en manteles impolutos, con centros de flores.

La novia
Raúl del Pozo

(French Tea Garden. Childe Hassam)

13 marzo 2016

Festival de cabra

La ciudad vibraba con la energía del festival. El día de Fulpati una cabalgata desfilaba por la zona de Ranipokhari. Al día siguiente se sacrificaban cabras, ovejas y búfalos en los numerosos templos de Devi que había en el municipio. La gente consumía carne como una bendición divina procedente de la diosa. Se freía sangre de cabra y se comía con apetito. Se hervían criadillas de cabra que se mojaban en sal y en chile molido. Se asaban orejas del mismo animal en fogones de gas y se repartían entre los niños. Los ciudadanos comían hasta reventar, hasta que enfermaban y tenían que ser llevados a toda prisa al hospital. Otros engullían hasta que, con el peso de la comida en el estómago, se quedaban dormidos, y soñaban en riquezas que les llovían directamente de las fauces abiertas de la feroz Durga, la diosa de la victoria sobre el mal.

Gurú de amor
Samrat Upadhyay

(Vincenzo Campi)

10 marzo 2016

Champán

Tanto la condesa como Nic sabían que el profesor estaba en casa de los Hermann. Probablemente por eso ponían música, cosa que no hacían desde hacía varias semanas. Rita percibió el ruido de una botella de champán al destaparse y reconoció la voz de la condesa, que cantaba.

La sed
Georges Simenon