22 agosto 2008

La sandía


Cual si de pronto se entreabriera el día
Despidiendo una intensa llamarada,
Por el acero fúlgido rasgada
Mostró su sangre roja la sandía.

Carmín incandescente parecía
La larga y deslumbrante cuchillada,
Como boca encendida y desatada
En frescos borbotones de alegría.


Salvador Rueda

(Fernando Botero)

20 agosto 2008

El ajoblanco


Pon veinte almendras mondadas

Y cuatro dientes de ajo;

Añádele el agasajo

De unas migas asentadas

De pan de hogaza, empapadas

En agua clara. Mas luego,

Entrégate al dulce juego

De majar, lubrificando

Con óleo virgen. Y cuando

Encuentre la pasta apego,

Pon sal y agua de alcazarra

Y pon vinagre de vino,

Batiendo hasta hacer un fino

Licor que todo lo enlaza.

Al producto dale plaza

En cuenco, a mesa y mantel

-éste de lino, y aquél

de fino barro o madera-

Después añada el que quiera

Dulce uva moscatel.


Alfonso Canales


18 agosto 2008

Remedios para el amor


Marcial recomienda las setas en los momentos de dificultad amorosa: "Si la envidiosa edad aflojara el nudo de tu conyugal cortejo, que sean las setas tu algazara y la tierna chalota tu festejo."


Venus en la cocina
Revista Litoral nº 241. Poesía a la carta

16 agosto 2008

Desayuno, almuerzo, comida, cena


Las mujeres, a su vez, desde la mañana misma preparan el alimento. Digo "alimento" porque se come una vez al día, por lo que no se pueden usar designaciones tales como desayuno, almuerzo, comida o cena: no se come a ninguna hora establecida sino sólo cuando el alimento está preparado.

Un día en la aldea de Abdallah Wallo. Ébano
Ryszard Kapuscinski

(Cristián Avilés)

15 agosto 2008

Bogavante a la Newburg

2 pequeños bogavantes de 1/2 Kg cada uno
30 grs de mantequilla
1 vaso de vino de madera
100 grs de nata espesa
4 huevos

Cocer los bogavantes 5 mm en caldo. Abrirlos y filetear el cuerpo. Romper las pinzas y sacar la carne. En una sartén poner la mantequilla y el bogavante. Sazonar. Calentar suavemente 5 mm cada lado. Echar el vino. Cubrir y dejar cocer 15 mm.

Batir la nata y las 4 yemas. Echarlas en la sartén, removiendo hasta llegar a la consistencia de salsa.


La cocina impresionista de Monet
Litoral nº 241 Poesía a la carta

(Bogavante. Toño Vega)

14 agosto 2008

Placer del chocolate


Un cuadrado oscuro de chocolate
tiene para los dientes
el mismo efecto sencual
que el lodo en los pies traviesos de la niñez.
En la lengua, la densa materia oscura
suelta saliva en rojos cauces.
El chocolate se disuelve en dulce espeso fango
cuando lentamente se acarician los bordes
hasta que la tableta en la cavidad cálida
suelta aromas recuerdos y flores
en las distendidas papilas.

Ríos de chocolate
atraviesan encías y resquicios dentales
y el placer -que uno sabe fugaz-
da sus vueltas atrapado en la boca.

Devoro chocolate ahora que no te tengo
para, lícitamente y sin culpas,
abandonarme al erotismo.

Comiendo el chocolate pienso en tu piel a mordiscos
pienso en tus piernas
tus pies
pienso en los manjares suculentos
de la vida.

Placer del chocolate
Gioconda Belli

(Chocolat Noir)

12 agosto 2008

La mesa puesta


Ya tenía una mesa, como si fuera un cliente habitual. Era el único lugar del mundo fuera de su casa donde ya tenía una mesa. Era la misma de la vez anterior, al lado de la puerta. En efecto, sus cubiertos ya estaban puestos. El restaurante estaba vacío otra vez.

Abril rojo
Santiago Roncagliolo

(Bernard Buffet)

10 agosto 2008

Celebración de la vida

Me resulta imposible celebrar la vida ante un plato preparado de canelones bajos en calorías, acompañado de una ensalada de cuarta gama, un lácteo bio y una copa de agua mineral Perrier. Tampoco sé elegir entre las ascesis clásica y postmoderna, aunque me gusta más la primera. Por el contrario, disfruto cuando tengo los sentidos literalmente desbordados y las conversaciones con los seres queridos crean una arquitectura -literalmente un espacio y un tiempo- indescriptible mientras comemos. 

Filosofía, comida y cuerpo
Eduardo Rubio Díaz

08 agosto 2008

Papas a lo pobre


Primero colocó una sartén profunda, horrorosamente grasienta y ennegrecida, en un trípode dispuesto sobre las llamas, y en ella vertió lo que calculé serían como dos tacitas de aceite de oliva. A continuación con su navaja de bolsillo cortó a tajos un par de cebollas, sin esmerarse mucho en pelarlas, y, mientras burbujeaban alegremente en el aceite, partió en pedazos una cabeza de ajo entera y lo echó todo en la sartén.

-¿No pela usted los dientes de ajo? -le pregunté.

-¡Dios, no! Si no los pelas no se queman, y conservan mejor el sabor. También es menos trabajo.

Después de esto cogió un cubo en el que nadaban higiénicamene unas patatas que había pelado antes y, en cuclillas delante del fuego y con el cuerpo totalmente bañado en sudor, las partió toscamente en forma de gruesas patatas fritas de gran tamaño y las echó directamente al aceite chisporroteante. Cuando la sartén empezaba a desbordarse, revolvió las patatas con un palo y añadió más leña al fuego para que subiera la llama. En un cesto colgado de un palo había pimientos verdes y rojos y, cogiendo cinco o seis de los pequeños, los echó también enteros.

Entre limones
Chris Stewart

(Comidinha da Vovó. Osvandil Silveira Quimas)

06 agosto 2008

Lechuga emoción


Los cocineros tocamos emociones, damos algo más, no se trata sólo de una relación comercial, transmitimos emoción con una simple lechuga.


Santi Santamaría

05 agosto 2008

Tony para cenar


Pollo para cenar. Se detuvo en la puerta y fue retrocediendo a medida que el aroma del pollo asado le atacaba las narices. Pollo, pero ¿de dónde había salido? El único animal que quedaba en el gallinero era Tony, el gallo gigantesco. Su madre no mataría nunca a Tony. Quería al Tony aquel por su cresta airosa y grande y sus plumas hermosas y coquetas. Le había puesto unas ajorcas rojas de plástico sobre los espolones de las patas y se moría de risa al ver la vanidosa arrogancia de sus movimientos. Pero era Tony: en el escurridor vio las dos ajorcas partidas por la mitad, semejantes a dos uñas rojas.


Espera a la primavera, Bandini
John Fante

(A comer... Amanda Tomasoa)

03 agosto 2008

Disparate


Mira si hay mayor disparate que no beber vino y no comer tocino.

Francisco de Quevedo

(Wine Cellar Red. Emily Adams)

01 agosto 2008

Una botella de oporto


El día era intolerablemente caluroso y sofocante. Kolpakov acababa de comer y de beberse una botella de pésimo vino de Oporto, estaba de mal humor y tenía mal cuerpo. Ambos se aburrían y aguardaban a que menguara el calor para salir a dar un paseo.


La corista
Antón Chéjov

(Naturaleza muerta. Kimmo)